Vivimos en una sociedad obsesionada por la belleza perfecta. Nunca antes había sido tan importante para ser aceptado socialmente y los estándares son cada vez más difíciles de alcanzar.
Invertimos fortunas y en algunos casos hasta nos hacemos daño.
Pero la búsqueda de la belleza en nuestra vida, no está mal, lo que necesitamos en encontrar un balance y aprender a aceptarnos y potenciar nuestros propios atributos.